Parkinson; punto y aparte


Post número 174

En mi «primera vida»


De nuevo aquí con vosotros y hoy con un post especial. Es verdad que todos son distintos y cuando los he ido escribiendo me parecían especiales o únicos, pero hay algunos entre los que incluyo este que son realmente especiales.


El avance de la severidad de los distintos síntomas de “mi Parkinson” durante los últimos meses me han llevado a un proceso inconsciente y a una situación que podría definir como:


• Aislamiento progresivo. Tengo una sensación de estar más aislado ahora que en plena pandemia y ello es consecuencia de haber perdido autonomía personal y, por tanto, depender de otra/s persona/s para realizar algunas tareas cotidianas y para disfrutar saliendo a dar un paseo, o a comprar o a realizar cualquier gestión.


• La enfermedad ha ocupado demasiado espacio en mi día a día y ello puede haberme perjudicado porque, también de forma inconsciente, no ha quedado espacio suficiente para lo realmente importante (mi familia).


• Estado anímico bajo con mucha tristeza, pena, rabia, frustración, etc y algo que no he experimentado hasta ahora: la apatía.


• Ansiedad más constante y con mayor severidad. Todo está entrelazado y tiene una misma causa: el avance de la enfermedad y la proximidad de la intervención quirúrgica (DBS) me han incrementado la ansiedad y ello a su vez ha ido retroalimentando un avance de los efectos negativos de los síntomas y que a su vez han ido incrementando el miedo a la incertidumbre, a no controlar lo incontrolable.


Estoy involucrado en varios proyectos relacionados con la enfermedad y los que me conocéis sabéis que siempre procuro dar lo máximo, me comprometo muy significativamente; en definitiva, mi grado de autoexigencia es máximo porque no sé actuar de otra forma.


Personas muy cercanas me han comentado que observando mi reacción al pedir ayuda (perdida de autonomía personal) ante el empeoramiento de algunos síntomas (dificultad relevante para caminar, dolores y espasmos musculares que hacen de cada noche un pequeño infierno, dificultades para comer y en ocasiones, para comunicarme) parece como si no hubiese aceptado la enfermedad, aún después de 8 años desde el diagnostico y aún tras haber estudiado y difundido tanto y lo mejor que he sabido esta enfermedad que nos ha tocado. Pues igual tienen razón y eso, a pesar de tanto escribir y hablar, aún no lo he aceptado….


Mi corazón me dice que ha llegado el momento de hacer una parada, unas vacaciones, un break hasta dentro de algunas semanas o meses, no lo sé. Necesito no sentir tan cerca al monstruo, no dejarle tanto espacio reduciendo o apretando yo el mío. La verdad es que una compañera y amiga me dijo hace unas semanas que tanto escribir, hacer, entrevistar, difundir por el Parkinson quizás de forma subconsciente le he dejado más protagonismo, más espacio de actuación al monstruo y ello ha causado y explica mi deterioro sufrido estos últimos meses.


Digo siempre que no hay que ser espectador y hay que intentar (y lograrlo) ser activo y lo mantengo, pero siempre que la salud lo permita.

Y este es nuestro gran problema, el de todos, tener una enfermedad tan compleja, con On’s y Off’s, discinesias, subidas y bajadas de nuestro estado emocional, la mayor parte de las ocasiones nos impiden poder pilotar, liderar, seguir adelante con proyectos relevantes que nos motivan y dan sentido a todo esto.


Ahora mismo estoy con este blog que hace 6 años aproximadamente que funciona y va creciendo.


Con la radio (www.radioparkies.com), muy contento y orgulloso pero cansado porque no es nada fácil encontrar personas de reconocido prestigio que acepten ser entrevistados. Luego hay que editar la entrevista, escoger música buena (variada, que pueda gustar a todas y todos), hacer un breve resumen o dar algún tipo de opinión.

El programa del martes 14 de diciembre fue el número 25 con lo que ya puedo decir que he entrevistado a los “players” más relevantes que intervienen en esta enfermedad: pacientes, especialistas en trastornos del movimiento, neurólogos (nacionales e internacionales) psicólogos, logopedas, psiquiatras, fisioterapeutas, investigadores, enfermería neurológica, sociedad catalana de neurología, empresas que prestan servicios a personas dependientes, fundaciones cuyo objeto o misión es encontrar la curación, la Federación española de Parkinson, etc.


El hecho de haber entrevistado a un abanico tan relevante de personas afectadas de una forma u otra por esta enfermedad opino que ha servido para difundir esta realidad, dar a conocer a la sociedad un poquito más de qué va esto del Parkinson.


Y a mí me ha servido mucho para saber dónde estoy, en que “momentum”, hacerme una composición de lugar y recordar aquella frase que escuché hace años y recién diagnosticado: el Parkinson es una carrera de fondo y no hay que luchar contra ella, hay que planificar cómo convivir con ella lo mejor posible, en el mejor clima de respeto posible. Con todo esto, considero que me queda poco relevante que aportar en estos momentos y, por tanto, en breve, no conozco la fecha, haré un break que no sé si será temporal o definitivo. De momento, el programa del próximo martes 21 de diciembre sigue en pie y posiblemente sea un tributo a la Navidad y a la música tan especial que la rodea y que a todos, con mayor o menor medida, nos gusta.


Mi reciente entrada en la Junta Directiva de la ACAP pues es o supone más de lo mismo. Si no me encuentro en condiciones razonables de salud (y digo razonables, no buenas) para poder ayudar, en breve también someteré a replanteamiento inmediato mi continuidad.


Y reitero (porque en algúna ocasión ya he dicho algo similar) que todo esto no es ser ni negativo ni pesimista, es explicar lo mejor posible un estado, un sentimiento, y tratar de ser coherente con mis principios y mi forma de ver las cosas.


Una cosa que sí que haré es leer el último lanzamiento de Michael J.Fox (diagnosticado hace 30 años) No Time Like The Future: An Optimist Considers Mortality; obra en la que nos recuerda que la esperanza es un ejercicio y una disciplina, no solo un sentimiento o incluso un estado mental. Introspectivo y conmovedor,”” No Time Like The Future” es la última entrega de la serie de reflexiones de Fox sobre lo difícil que es ese famoso sentido de la esperanza.


Hasta pronto

PD. Adjunto link a una canción que me gusta, esta vez un cover de la misma, de «Waitin’ on a sunny day».

Llueve sobre mojado (con el Parkinson confinado)

Las últimas semanas estamos sometidos a una situación nueva y extraordinaria como es el estado de alarma sanitaria y el confinamiento en nuestras casas como consecuencia de la pandemia producida por el COVID-19.


Es un hecho extraordinario, atípico, histórico y sin precedentes; es algo que si nos lo hubieran dicho hace tres meses no nos lo hubiéramos creído. Posiblemente este 2020 pasará a la historia como el año de la gran pandemia.


Lo realmente trágico es que como consecuencia de este nuevo virus están muriendo decenas de miles de personas y eso es lo realmente importante que nunca hemos de perder de vista. El objetivo es cortar lo antes posible las cadenas de transmisión, para que no haya contagios (y sin contagios no hay enfermedad).

Está siendo muy complicado para todos vivir confinados mientras día tras día no paramos de escuchar el número de muertes, mientras nos asusta el riesgo de ponernos enfermos y nos preocupa la incertidumbre de la duración de toda esta tragedia.

Luego también podríamos hablar sobre muchos temas relacionados, sobre el origen y primeras transmisiones del virus, sobre cómo reaccionaron los primeros países en los que hubo contagios, sobre como reaccionó y qué hizo nuestro Gobierno, sobre lo que se sabe exactamente del virus después de cuatro meses, sobre lo que dicen los mejores especialistas del mundo sobre la situación actual y sobre lo que debería hacerse a corto, medio y largo plazo, sobre la planificación, sobre la seguridad de todos los que de una forma o de otra están a primera línea, sobre el material y su acopio y distribución, y sobre muchas otras cuestiones a cual más importante.


Pero yo, como casi 200.000 familias en nuestro país, desde hace ya más de seis años tengo un problema de salud grave que como sabéis es la enfermedad de Parkinson y ahora más que nunca, pienso que se nos debe considerar y escuchar. Hablamos de un virus convertido en pandemia y yo hablaré un poco de los enormes y graves problemas que padecemos las personas que tenemos una enfermedad aún demasiado desconocida para la mayor parte de nuestra sociedad y que en cambio, los expertos ya la están considerando como otra pandemia. Se estima que los 7 millones de afectados por el Parkinson a nivel mundial se duplicarán en tan solo 15-20 años debido a muchos factores entre los que destaca el aumento de longevidad. Cada vez se diagnostica a más personas jóvenes, si bien es verdad que el avance científico y tecnológico ayuda a que cada vez se diagnostique antes. Un diagnóstico inesperado pero que cada vez más, le puede pasar a cualquiera.


Podrá pareceros que exagero la carga de mis reflexiones, pero os aseguro que voy a ser totalmente objetivo. Somos enfermos crónicos, nuestras funciones motoras y no motoras degeneran con el tiempo (y aparte del paso del tiempo también puede influir un estrés extraordinario consecuencia de impactos emocionales significativos) y aún no existe curación. NO mejoramos como tal, opino que mejoramos si logramos ralentizar (mucho o poco) la degeneración. Estamos y recibimos cuidados paliativos.


Para poder estar lo mejor posible, nos medicamos y necesitamos recibir terapias complementarias como fisioterapia, terapia psicológica, logopedia, terapia ocupacional etc. Es muy importante que estemos lo menos nerviosos, estresados o angustiados posible debido a que esto tiene un gran impacto en nuestra calidad de vida. El Estado nos cubre el coste de facultativos y medicamentos, pero NO nos cubre las terapias complementarias.

Podemos sufrir hasta casi 50 síntomas distintos. Voy a enumerar solo los más importantes, los que empeoran muy significativamente con el confinamiento y nos ponen en una situación realmente complicada:

Incrementan mucho la rigidez muscular y los temblores. Decrementa significativamente nuestro grado de autonomía y aparece mucho más frecuentemente el dolor muscular/esquelético. Entre otros factores, esto debe al estrés que nos produce la situación de alarma sanitaria (incertidumbre) y al no poder disponer de terapias como la fisioterapia, logopedia, psicología, terapia ocupacional.


Se agudizan mucho los trastornos significativos del sueño. Dormimos menos, peor y molestamos más a los nuestros. Ayer varios compañeros compartíamos que tenemos muchas más pesadillas y nos despertamos gritando a cualquier hora de la madrugada. Durante el día la apatía, la fatiga, el sueño nos impiden mejorar física y anímicamente. Entramos muy fácilmente en un bucle negativo.


• La incertidumbre que vivimos con la pandemia y nuestro “sitio” en ella (nos ven y vemos como colectivo vulnerable, de alto riesgo) nos aumenta significativamente nuestro nivel de ansiedad. La ansiedad nos hace empeorar muchos síntomas y al encontrarnos peor aumentamos aún más la ansiedad y continuamos con los bucles. Incrementa la tristeza y es bastante más probable entrar en una depresión. La pandemia hace que nos sea mucho más difícil, por no decir que imposible, dejar de pensar que padecemos Parkinson. Nos sentimos más frágiles, vulnerables y más incomprendidos (en general).


• Tenemos trastornos del movimiento, la enfermedad detiene la velocidad de lo que nos da vida y energía y para combatirlo necesitamos movernos y caminar diariamente en un espacio abierto porque necesitamos aire puro, sol y mucha vitamina D que tanto nos falta. Estar parados nos incrementa la rigidez, las distonías y nos facilita la apatía y la fatiga. Movernos nos ayuda a generar dopamina y otras sustancias que nos ayudan a estar mejor anímicamente y nos hace más flexibles físicamente.


• La situación de excepcionalidad y de alejamiento conceptual de nuestra zona de confort nos produce una alteración o empeoramiento de otros síntomas menos conocidos:

o Problemas de equilibrio y riesgo de caídas.
o Mayores problemas para tragar (disfagia)
o Sensaciones parecidas a las náuseas
o Alteraciones de la presión sanguínea y sensación de mareo
o Digestiones mucho más complicadas por un mayor enlentecimiento del tracto intestinal
o Sensación de aislamiento, soledad e incomprensión
o irritabilidad
o palpitaciones, sudoración excesiva
o incontinencia urinaria
o trastornos de la visión, dificultad de enfoque, visión doble

Si alguien me escuchara, ¿qué le diría?

En la estrategia del desconfinamiento debería de tratarse a nuestro colectivo de forma parecida a cómo se está planteando para los niños, dado que tanto mentalmente como físicamente necesitamos salir y poder andar y pasear.

Si somos colectivo vulnerable (no hay duda de ello) deberíamos tener acceso prioritario a un test urgente de Covid-19. Sabríamos dónde estamos y se podría monitorizar mejor al colectivo por parte de la Administración. Es algo importante y urgente.

Deberíamos tener acceso telefónico (telemático) tanto con nuestro médico de familia como con nuestro especialista de trastornos del movimiento.

Necesitamos poder recibir terapias complementarias. Gran parte de nuestro colectivo no podemos estar sin recibir estas terapias durante tanto tiempo. Yo he podido hacer terapia psicológica online y en su momento también hice sesiones de logopedia, ambas me ayudaron mucho.

En fisioterapia tengo (me imagino igual que muchas otras personas) un problema, porque necesito a un profesional que me pueda tratar no los 4 o 5 días semanales que me trataba hasta el 13 de marzo, pero sí al menos 2 veces por semana. En estos momentos llevaré casi 40 días sin tratarme y, aparte de sentir dolor con mayor frecuencia e intensidad, empiezo a empeorar significativamente mi rigidez muscular, incrementan dolores en la espalda, abdomen, pericardio, lumbar, etc, e incrementa mi dificultad para estar recto, para andar, para moverme.


En Nota de prensa del 3 de abril de 2020, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España respondían al Ministerio de Sanidad diciendo que ”a la vista de la respuesta de la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE) paraliza los trámites judiciales con respecto a la solicitud de acceso a EPIS y suspensión de la actividad por entender en la respuesta recibida que se nos informa de la suspensión y el cierre de los servicios de fisioterapia a excepción de las urgencias imprescindibles e inexcusables”.


Me parece muy correcto todo lo que dicen y piden los fisioterapeutas, con relación a su seguridad y a la de sus pacientes y dejan la puerta abierta a la posibilidad de atender casos urgentes cuando dicen “a excepción de urgencias imprescindibles e inexcusables”. A mi modo de ver, si cualquiera de nosotros tuviera un problema serio durante los próximos días, deberíamos de poder dirigirnos a estos profesionales solicitando ayuda. Otro tema es que ellos tengan el material de protección adecuado y nos puedan atender y dónde. De tener el material, lo lógico es que atiendan a urgencias en su clínica o centro debido al protocolo de desinfección que tiene que haber antes y después de tratar a un paciente.

Pues eso, que nuestros dirigentes se acuerden de nosotros, nos ubiquen donde debemos estar porque nos «llueve sobre un terreno que ya está mojado», que ya ha recibido y recibirá mucha agua y granizo producto de una enfermedad salvaje como pocas que esperamos que cada vez se conozca y sobretodo, que se comprenda más y mejor.

Y antes de cerrar, parte de los enfermos de Parkinson no tenemos más de 60 años por lo que se nos considera vulnerables o grupo de riesgo porque se estima que tenemos mayor probabilidad de que, en caso de infección, desarrollemos una enfermedad más severa y más complicada. En mi caso y supongo que en el del resto, sabemos lo que nos jugamos si en el desconfinamiento salimos sin extremar (y resalto «extremar») todas las medidas de seguridad que nos prescriban. Es un tema de supervivencia... y seguro que entre todos, lo conseguiremos !!!


Hasta pronto

Decisión compleja

Vuelvo con un artículo breve (el número 110) para compartir con vosotros la toma de una decisión compleja.

Esta enfermedad en cada persona se presenta y evoluciona de forma diferente y cuando viene lo hace para quedarse con lo que la adaptación, convivencia o lucha con el «monstruo» tiene que ver con la historia de cada persona, con su carácter, sus fortalezas, sus debilidades, etc.   Los que estáis más cerca sabéis que soy aprensivo, emocional y que, por tanto y en general, vivo los acontecimientos importantes y menos importantes con intensidad y, como casi todo en la vida, esto tiene ventajas y también tiene inconvenientes.

Por mi trayectoria profesional de la que siempre aprovecho para recordar que me siento orgulloso, el ejercicio de la toma de decisiones ha sido una constante que con la experiencia y el terremoto vital que padezco desde que me comunicaron el diagnóstico de la enfermedad me ha llevado a actuar en mayor medida considerando lo que de forma coloquial llamamos “dicho y hecho” en esta mi “segunda vida”.

Hace poco más de un año me incluyeron en la lista para la intervención quirúrgica llamada electro estimulación cerebral profunda (conocida también como DBS) y la previsión marcaba el primer trimestre de 2020. El tiempo pasa muy rápido para todos y opino que un poco más rápido para aquellos que padecemos una enfermedad crónica y degenerativa. Hace unas semanas un pequeño ajuste en mi medicación ha producido, entre otros, una reducción del trastorno del sueño y el hecho de descansar más y mejor ha hecho que se alarguen más los periodos «On» diurnos produciendo un efecto positivo en mi estado de ánimo. Un pequeño efecto bucle, y esta vez en positivo. Esto junto otros parámetros y cuestiones analizadas con la especialista en trastornos del movimiento que me supervisa me han llevado a posponer un tiempo la intervención.  Sin duda esta operación me irá bien y mejorará mucho mi calidad de vida, pero aún no creo que sea el momento y, en general, todas las cosas tienen su momento.

Actualmente yo aún no me “visualizo” ni operándome ni operado y eso es clave para afrontar con las máximas garantías una aventura de este calibre. Y ello es gracias a la ayuda y determinación de mi familia y de Ivan, profesional en la osteopatía y fisioterapia que me trata varios días a la semana desde enero de 2016 logrando que yo interiorice varias rutinas de ejercicio físico que estoy totalmente convencido que han ralentizado la inexorable evolución del daño que nos infringe el «monstruo».  Ivan me dice que soy un deportista de élite porque entreno cada santo día, y otras mil cosas que me animan, motivan y me ayudan a levantarme cuando me caigo.  El estado de ánimo, como casi siempre, es absolutamente clave para vivir mejor o peor. Parece como si el acercarse la fecha de la intervención, el miedo que está en mi subconsciente me ha hecho generar adrenalina o alguna sustancia que me ha espabilado lo suficiente como para encontrarme algo mejor y plantearme que aún puedo seguir un tiempo sin la DBS y con una calidad de vida aceptable.

Toca seguir adelante sin mirar atrás, ser más positivo que nunca, me toca correr un poco cada mañana en lugar de andar, escribir sobre temas pendientes, pendientes por ser difíciles de abordar (mi visión sobre la felicidad, el sentido de mi vida, sobre la motivación que supone o puede suponer la creencia o experiencia personal sobre la existencia de Dios, sobre la muerte…..y sobretodo hablar con algunos investigadores para que nos cuenten de primera mano argumentos reales sobre avances que pongan nombre y apellido a nuestra ESPERANZA de estar cada vez más cerca…..más que nunca.

No estamos solos en esto !!!. nadie debería sentirse solo !!!

Hasta pronto

Enfocar nuestra vida con optimismo, ser siempre positivo ……

Hell? not at all….

hell
Coming soon…..!!!

Esto es sencillamente horrible, desesperante, absolutamente frustrante, no tengo palabras.

Mi rabia no es capaz de detener las lagrimas que me brotan sin cesar hasta impedirme ver lo que estoy tratando de escribir, de comunicar.  Debo estar en algo parecido al infierno, en un brutal episodio Off, escuchando a todo volumen a Bruce y siendo incapaz de remontar. Me he dormido media hora después de comer y no me puedo prácticamente mover.  He subido a la cinta y no he podido llegar a un ritmo, he tenido que dejarlo tras casi 10 minutos practicando todos los trucos y técnicas aprendidas.

Me duele y me noto hinchado el abdomen, tengo bloqueado el diafragma, estoy sudando, pero tengo frío, tengo miedo de girarme o de intentar levantarme porque me puedo marear rápidamente, me cuesta enfocar bien la vista, tiemblo, estoy asustado.

No quiero preocupar a nadie, pero sí mostrar lo brutal y despiadado de esta enfermedad. No hay comodín, ni as bajo la manga, no hay nada, nada de nada.  Esto es estar en paliativos, donde la esperanza se reduce a creer que vendrá mucho más dinero y rápido, a esperar que algo, medicamento, vacuna, células madre o lo que sea ponga interrupción o remedio definitivo a esta no vida.  Vivir así no es vivir, no se puede vivir en Off o yo al menos no sé hacerlo.  Hay que luchar, plantarle cara, reducirlo a la mínima expresión !!! Con toda el alma, con toda fuerza interior posible !!!

¿Operarme? Claro que sí !!. Hace dos días, una persona joven, me escuchó difundir esta pesadilla, hablar de mi Parkinson en una pequeña tertulia, de mi lucha, de mis miedos y de mis dudas. Me dijo, hacia el final de la sesión,  que su madre contrajo una enfermedad neurológica y letal, que perdió la voz muy muy rápido y que recuerda sólo sufrimiento, rigidez creciente, dolor, y mejor no sigo.  Si hubiera podido operarse…no lo hubiera dudado ni un instante y su recuerdo sería totalmente distinto.  Me impactó muchísimo y, desde entonces, casi no dejo de pensar en ello. Seremos lo que los demás recuerden de nosotros; quizá vale la pena pararse un instante a reflexionar sobre esto.

Ya escucho a Bruce un poco más nítido, veo que mi familia acaba de llegar, me saludan, mi hijo aparece vestido de oveja, su novia de Pitufa, mi hija se ríe mucho, mi esposa me pregunta qué estoy haciendo con los auriculares tratando de escribir con un dedo…..la rueda gira, es la maravillosa aventura de la vida. Voy a dejaros, pegarle un golpe a la mesa y tratar de levantarme.

Suena «My hometown…», es como si el Off se alejara un poco, muy poco……

Infierno? No del todo…………..

Bienvenido 2018

foto bienvenido 2018

De nuevo con vosotros. En un post único y bonito porque da la bienvenida a un nuevo año cargado de muchas ilusiones y esperanza pero que calificaría en una categoría un tanto nueva que podríamos denominar “difícil”.

Difícil para mi debido a varias razones pero básicamente debido a que aún no encontramos/encuentro el ajuste ni la fórmula par volver a mantener una calidad de vida aceptable. Y, lógicamente, vivir encontrándote mal constantemente es duro, frustrante y, a veces,  alarmante.

Mis fluctuaciones motoras y mis episodios de congelación de la marcha son muy constantes y tras haber prácticamente duplicado mi dosis diaria de medicación, estoy razonablemente bien sólo 6 o 7 horas al día con lo que mi margen, capacidad y autonomía se han visto muy reducidas si miro y comparo con un año atrás.

Mi Parkinson, como el de todos, es único y por tanto no es ni extrapolable ni comparable.  Cada día tengo más claro que si bien el diagnóstico va camino de cumplir 4 años dentro de unos días, mis primeros síntomas se remontan muchos años atrás; si elegimos la pérdida olfativa podríamos hablar de más de 15 años, si elegimos la depresión hablaría del año 2002, si elegimos los dolores musculares y la ansiedad hablaría del año 2003 o 2004.  Es por ello que a veces pienso que mi Parkinson es un Parkinson más bien avanzado, pienso en la importancia y en la extrema urgencia de contar lo antes posible con biomarcadores que permitan anticipar la detección de la enfermedad,  en la importancia de dotar a la atención primaria de unos protocolos que les ayuden  identificar y detectar la enfermedad cuando aparecen sus primeros síntomas o manifestaciones. Todo ello independientemente que, sin querer, esta semana haya escuchado como un médico le decía a otro que mi Parkinson es, o se puede considerar, un Parkinson un tanto “agresivo”…..

Sigo con el ejercicio físico diario y con ayuda terapéutica de mi ángel de la guarda (Ivan) para estiramientos y movilizaciones musculares (y para levantar mis ánimos).  Y levantándome cada día aunque mis músculos no respondan, utilizando trucos, aplicando toda mi fuerza de voluntad y rabia para subir un pie encima de una rodilla para ponerme un simple calcetín, para no caerme cuando tengo que sentarme en el inodoro, para no caerme cuando siento mareo (porque realmente no es mareo, es inestabilidad pura y dura), para no llorar de frustración, rabia e impotencia delante de mis hijos.  Saco fuerzas y me agoto para seguir, para continuar con mucha actitud positiva pero siendo objetivo, realista, sin perder el “seny“.

Se ha ido 2017 y entrado 2018.  Durísimo, la madrugada del primer día de enero acompañé a mi esposa de urgencias, con fiebre altísima producto de algún tipo de virus de los resistentes de verdad. Han sido unas fiestas marcadas por una llamemos gripe que aparte de fastidiarnos a todos y preocuparnos como a cualquier persona, a mi me ha hecho sentir extremadamente frágil y vulnerable, al sentir que mi esposa, cuidadora, mi “pal de paller” estaba temporalmente fuera de juego.  He reflexionado mucho sobre ello.

Por suerte, después de la tempestad casi siempre viene la calma y recientemente han venido sus Majestades los Reyes Magos de Oriente y nos han traído alegría, nostalgia, felicidad y algunos nervios (estos últimos, como no podía ser de otra manera, muy bien reflejados en mi hija pequeña).

El día 2 de enero estuve un par de horas con un neurólogo del Hospital Clinic de Barcelona cumpliendo mi compromiso con la investigación, por segundo año consecutivo de los 5 que marca el programa y estudio de investigación de COPPADIS.

En marzo, tengo fijada mi próxima visita de control con mi neuróloga.  Con casi toda seguridad tendremos que añadir fármacos (por suerte, me explican que aún me quedan opciones no muy “invasivas” para probar), aumentar la dosis de Levodopa, ya lo veremos…..aún es tiempo de probar medicaciones (por suerte para mi) y parece que la cirugía aún puede esperar.

Contactaron conmigo desde Londres para explicarme y dejarme probar el llamado “Path Finder”, un aparato que se coloca en los zapatos y mediante un láser proyecta unas líneas en el suelo con el objetivo de disminuir las complicaciones derivadas de la congelación de la marcha (un efecto llamado y conocido como “freezing”). Como decía, Path Finder proyecta una línea horizontal en el suelo frente al paciente, a una distancia determinada de los pies.  Esto pretende darle al paciente una señal visual para poder comenzar a andar, y actúa como un estímulo externo para iniciar la marcha.

No puedo dar opinión al respecto pero sí que pienso que podría ser algo de ayuda y que podrían llegar a prescribir los profesionales cuando, en su caso, se disponga de los estudios y evidencias clínicas pertinentes y, obviamente, cuando ellos lo consideren apropiado.  Hasta la fecha se ha hecho y publicado un estudio con un número muy reducido de pacientes efectuado por el equipo del doctor y neurólogo Bass Bloem, cuyos resultados probablemente lleven a plantear la realización de un nuevo estudio más amplio.

Es un ejemplo más del papel y de la ayuda de la tecnología.  Os adjunto un link a un video que me parece muy interesante, en el que precisamente Bass Bloem le habla a un paciente de Parkinson de la evolución de los médicos de “dioses” a “acompañantes” o “coachers”, de la evolución de la sanidad hacia un modelo más participativo en el que el paciente es paciente experto, es cliente…….

video from God to Guide

Mi último post incluyó un video para ejemplificar y difundir mi pequeño infierno, en mis fases intermedias o fases off, que suelen ser unas 15 horas al día, de momento…… Más de 6 mil visualizaciones en tres días, muchos comentarios positivos de ánimo, fuerza y apoyo. Muchas gracias a todos.  También he percibido silencios que ejemplifican que lo duro y salvaje de una enfermedad degenerativa lógicamente no gusta, porque no es agradable, porque a todos nos hace sentir vulnerables, porque es difícil dar mensajes de esperanza sólidos, porque da miedo…..bueno, pues simplemente es o solo pretende ser un testimonio más, que pretende ayudar a difundir un poco más la enfermedad, una llamada solidaria para remar y empujar entre todos un poquito más hacia la curación.

Y hablando de videos, hace tiempo que os digo que las fuerzas para escribir me flaquean y, finalmente he pensado en lanzar un canal de YouTube que he bautizado con el nombre de Parkinson#52, para complementar mi blog, para explicar mis sensaciones, mi emociones en relación a la evolución de mi enfermedad, para hablar de Parkinson…..  Le estoy dando vueltas para acabar de decidir si sí o si no….

Si decido que sí. probablemente lo lanzaré el domingo 21 de enero al mediodía.  Sobre la marcha, como siempre…..

Cierro este post dando la bienvenida a este nuevo año, que estoy seguro que será «más y mejor» para todos nosotros, le doy la bienvenida cargado de ilusiones, de actitud positiva, de agradecimiento a mi familia y amigos, de mucha esperanza, pensando que seguro será mejor que el que hemos dejado atrás, pensando que la ciencia seguirá avanzando muy rápido, ofreciéndonos nuevas medicinas y terapias para convivir mejor con el «monstruo», y quien sabe, si para derrotarle ya de una vez por todas.

 Feliz año  !!!