Salvaje, cruel, devastadora, crónica, incurable (de momento……)

 

Me refiero a la enfermedad de Parkinson.

Menos de tres minutos para ponerle voz e imagen a mi infierno particular e incluir una llamada a la solidaridad y al apoyo para ayudar a mejorar la calidad de vida, para acelerar la búsqueda de la curación…..

Para recordar qué Parkinson somos todos, y que NADIE debe sentirse solo, que nadie puede ni debe rendirse…..jamás !!

Puedes ayudar a mejorar un poco la calidad de vida de todos los que la sufrimos y que nuestro infierno sea un poco más llevadero.

Adjunto un link para, si estimas oportuno, contactar y ayudar /efectuar una donación a la Associació Catalana per al Parkinson (ACAP), para, entre otros,  ayudar a que personas que ahora no pueden acceder a determinadas terapias, puedan hacerlo gracias a tu ayuda, y convivan algo mejor con esta cruel y salvaje enfermedad.

Con un pequeño gesto puedes ayudar !!

Cómo puedes ayudar a mejorar nuestra calidad de vida

Y adjunto otro link con la Fundación Michael J.Fox  por si estimas oportuno y posible hacer una donación a dicha Fundación para acelerar la investigación en la curación de esta maldita enfermedad.

Cómo puedes ayudar a acelerar la investigación

Entre todos, lo conseguiremos !!!!

Te deseo una FELIZ NAVIDAD y te deseo toda la felicidad para el 2018 en compañía de tus personas más queridas.

Un abrazo

 

 

Buscando el sol en mi pequeño infierno

 

De nuevo con vosotros para informaros de algunas iniciativas y, como casi siempre, para actualizar y hablaros de mi estado de ánimo, de momentos de luces y sombras, de subidas y bajadas, y hacerlo mediante palabras sin preparación previa, de palabras que salen directamente de mi corazón.

El hecho de que mi post “Un día cualquiera en mi pequeño infierno” haya batido todos mis records de “audiencia” con más de 4.000 visualizaciones, me ha hecho reflexionar sobre el interés y ayuda que puede despertar y aportar un testimonio más, un testimonio sencillo y sincero, respetuoso, sobre el día a día de un paciente crónico de una enfermedad degenerativa y aún incurable que opino que es brutal y salvaje, de un paciente más, que igual que otros muchos,  trata constantemente de sobreponerse, y sacar fuerzas de donde sea para no rendirse.

Y es que en mi pequeño infierno también luce el sol, algunas veces con fuerza y otras algo más tenue. Hay que buscarlo constantemente.  Son todos esos momentos y detalles que hacen que la vida pueda ser y sea un regalo y, cuando hacemos balance, una aventura maravillosa.

Nunca sabré como hubiera sido mi vida sin la enfermedad de Parkinson y no sirve de nada pensarlo y menos angustiarse;  en efecto, ahora toca concentrarse en la realidad tal y como es e intentar que esta llamada segunda vida «post-diagnóstico» sea lo más plena posible. Fácil escribirlo y hasta suena bonito pero, en la práctica, requiere de un esfuerzo y de una determinación constantes.

Mediante un esfuerzo constante, no exento de momentos de dudas relevantes y de mucho miedo, intento abstraerme de los dolores musculares casi continuos, de mi creciente inestabilidad postural, de las 3 horas o 4 que casi cada noche suponen una tortura tanto para mi como para mi esposa, de mis apuros para llegar a tiempo al baño y sobretodo, lo que más me cuesta es abstraerme de una pérdida de movilidad muy preocupante (los famosos “Off’s”) y de una pérdida de fuerza y energía vital que aún no he podido contrarrestar con suplementación nutricional. Estoy muy preocupado con la evolución y agresividad de “mi” Parkinson, por más que alguna vez me hayan dicho que es una evolución normal y que aún tengo a mi alcance la posibilidad de combatir los síntomas con distintos medicamentos que todavía no he tomado.  Ojalá sea así………..

Me estoy resignando a aceptar que los bloqueos de la marcha y el movimiento, los trastornos del sueño, la tensión, la ansiedad casi permanente, la rigidez creciente y dolores musculares, etc han venido para quedarse y racionalmente concluyo que lo que toca es tener y aplicar mucha paciencia, mantener la cabeza fría, evitar en lo posible las situaciones que me puedan producir estrés, seguir con el ejercicio físico diario, la suplementación monitorizada de la dieta y, en definitiva, intentar desarrollar todas aquellas actividades con las que me siento más confortable.  Familia, música, amigos, paseos al lado del mar ….. Sigue leyendo «Buscando el sol en mi pequeño infierno»