Calor y Parkinson

Post número 184

Búsqueda en Google de “Calor y Parkinson”
Algunos pacientes con Parkinson (alrededor de un tercio) sufren de sudoración excesiva, que ocurre incluso sin hacer ningún tipo de ejercicio. Suma a esto las altas temperaturas, la posible humedad y el resultado es un paciente incómodo. Lo más importante es hidratarse bien, bebiendo más de 1,5 litros de agua al día.

Esa agua tan neesaria en estos tiempos—-


Búsqueda en página web de Federación española de Parkinson
2 de febrero de 2016


La enfermedad de Parkinson (EP) es uno de los factores asociados a un mayor riesgo de mortalidad durante las olas de calor. El uso de algunos medicamentos neurolépticos para controlar ciertas las complicaciones de esta enfermedad, parecería estar relacionada con el aumento de la mortalidad en relación con el calor.

Un equipo de investigación del Instituto de Salud Carlos III de Madrid analizó la relación y cuantificó el efecto a corto plazo de las altas temperaturas durante las olas de calor en Madrid sobre la mortalidad diaria y los ingresos hospitalarios relacionados con la enfermedad de Parkinson.

Para ello se realizó un estudio de línea de tiempo ecológica y un ajuste de modelos de regresión llamado “Poisson”. Se analizaron el número diario de muertes debido a la enfermedad de Parkinson y el número de ingresos hospitalarios de emergencia diarios relacionadas con la enfermedad en la ciudad de Madrid, con la temperatura máxima diaria (°C) como la principal variable ambiental y la contaminación atmosférica química como covariable.

Durante el estudio, hubo una temperatura máxima diaria de 30 ° C, donde las admisiones de EP eran mínimas. Del mismo modo, una temperatura de 34 ° C coincide con un aumento en el número de ingresos. Para las admisiones relacionadas con EP, el riesgo relativo (RR) por cada aumento de 1 ° C por encima de la temperatura umbral era 1,13 IC95%: (1,03-1,23) desfases de 1 y 5; y el RR diario de la mortalidad relacionada con la EP, fue de 1,14 IC95%: (1,01 a 1,28) desfases de 3.

Los resultados indiron que el tener la enfermedad de Parkinson es un factor de riesgo que contribuye al aumento de morbilidad y mortalidad asociadas a las altas temperaturas, y es relevante desde el punto de vista de los planes de prevención de la salud pública.
Fuente: ‘Science Direct’

Reomendación de un experto del hospital Cruz Roja de Córdoba

Mínimo, litro y medio de agua al día y orinar normalmente.


El Dr. Ochoa nos advierte que es muy importante llevar con nosotros una botella de agua, pero más importante aún, saber qué cantidad se ha bebido. Muchas personas mayores creen haber bebido y no lo han hecho. En personas mayores y en todos realmente, es necesario en esta época mínimo litro y medio de agua más la que se aporte con las comidas.
Además, como decía antes, hay que vigilar que orinemos normalmente.


Reflexiones en mi blog en el post de 20 de julio de 2020: “Reflexiones con pandemia, calor y Parkinson”


«Por otro lado, la desescalada de las medidas de protección frente a la amenaza sanitaria del Covid-19 se ha mezclado con la subida de las temperaturas y con ello, muchos más problemas para los pacientes de Parkinson y de cualquier otra enfermedad neurológica. Una temperatura alta normalmente nos produce mucha más fatiga, apatía y problemas para seguir determinadas rutinas (como por ejemplo el ejercicio físico diario), más trastornos del sueño y más aturdimiento y dificultades de concentración. Obvio e importante, acordarse de una buena hidratación y de buscar la máxima eficiencia en los esfuerzos diarios. En mi caso, llevo tres semanas con una rigidez muscular muy superior a la normal, mayor número de rampas, muchas más congelaciones de mi marcha y en general, más, bastante más Off’s diarios».

Guía publicada por la Michael J.Fox Parkinson Foundation sobre “Verano, Viajes y la enfermedad de Parkinson”


Durante los meses más cálidos, es muy posible que las personas con enfermedad de Parkinson deban tomar precauciones adicionales para aprovechar al máximo las experiencias al aire libre y en vacaciones.

Aquí hay cinco cosas a considerar en verano:

  • Proteja su piel.
    Las personas con Parkinson tienen un mayor riesgo de cáncer de piel (melanoma). Las investigaciones siguen en curso, pero los científicos creen que la genética, los factores ambientales o los cambios en el sistema inmunológico pueden ser los culpables. Siempre use protector solar cuando esté al aire libre y consulte a su dermatólogo hasta una vez al año para comprobar que no hay melanomas.
  • Manténgase hidratado.
    El calor del verano puede causar deshidratación y exacerbar la presión arterial baja, que es común en pacientes con Parkinson. Esté atento a los mareos, aturdimiento y fatiga. Los médicos recomiendan al menos seis a ocho vasos de agua por día, pero debe beber más si está en el exterior por mucho tiempo o sudando.
  • Anticiparse a las necesidades de medicación.
    Unas semanas antes de las vacaciones, verifique y actualice sus medicamentos y obtenga los que necesite para cubrir el tiempo que estará fuera.
    Por lo general, se recomienda continuar el mismo horario, incluso si cambia de zona horaria o viaja durante la noche. Pero siempre hable con su médico sobre la mejor manera de administrar sus medicamentos.
  • Conozca y lleve su estimulador cerebral profundo.
    Si tiene un estimulador cerebral profundo (DBS), lleve el programador y el dispositivo así como la tarjeta de identificación al viajar. La mayoría de los aeropuertos lo evaluarán con un chequeo de «cacheo”. Atención: los dispositivos de control del aeropuerto podrían interferir e incluso dañar su DBS.
  • Explore las opciones de atención locales.
    Si se va de viaje por un período prolongado o vive en otro lugar durante tres a seis meses, considere establecer atención con un especialista local en trastornos del movimiento. Pregunte a su médico para obtener una recomendación o busque en línea un especialista en trastornos del movimiento en su área.

Lo dicho, protegeros del sol, beber y orinar mucho y en la medida de lo posible, DISFRUTAD A TOPE !!!.

Hasta pronto

Libélula roja en casa (*)

(*) Los samuráis, antiguos guerreros japoneses, las utilizaron como emblema y símbolo de buena suerte. Eran llamadas insectos victoriosos. En el área del Feng shui, la presencia de una libélula en la casa o jardines significa buena suerte.

3 comentarios sobre “Calor y Parkinson

  1. Parkinson y yo funcionamos como una máquina bien engrasada en verano sin embargo en invierno ya es otra cosa así que viva el verano, Llevo conviviendo con el 30 años creo que algo de idea tengo

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